El mejor recuerdo de una clase innovadora, a mi modo de ver, es cuando consigues que el alumnado se involucre emocionalmente en la misma. Es decir que la forma de llegar al tema, de exponerlo, de profundizar en él despierte una curiosidad que vaya más allá de lo puramente teórico o práctico, que conmueva, esas son las clases que nunca se olvidan.
Mis dudas siempre son en como hacer llegar a ese punto a los alumnos/as, ya que a cada individuo le conmueven cosas diferentes, con lo cual tengo que buscar diferentes formas de abordar el tema para tocar ese componente emocional de cada alumno/a.
Para mi los recursos son importantes y procuro hacerlos yo o que hayan pasado por mi filtro, sin duda lo más difícil e importante es llegar al aspecto emocional, ahora eso sí, a veces se me plantea la duda de si es bueno incluso en todas las clases tocar ese componente emocional. Yo creo que si, pero me resulta complicado y las mejores clases siempre son unas pocas, la minoría, esas clases que espero que los participantes no olviden nunca.
Yo lo llamaría algo así como "Implicación emocional con la temática".
Y lo podríamos representar con la siguiente metáfora visual, tejiendo con el conocimiento que viene del cozarón.
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